Gerde era un...

"Creo que tanto tu como yo, hemos cambiado, yo soy la distorsión de mi realidad, y tu hoy vuelas sobre los cielos, a veces negros, con la más ancha de las libertades, por momentos con pena. Yo siento que te gusta acercarte a mi, aunque sea muy raramente, pero la mayoría de las veces, que más da, el orgullo nos come. Hace unos días, por un momento, tu empezaste a depender de mi, y medio día desués descubrí que no solo unas notas hacen más plena mi armonía, una mirada, tu mirada; un tacto, el roce de tus manos; un sabor, tus labios; un olor, una habitación; una voz... tu voz que ya ni si quiera recuerdo. No se si existira un "nuestro" futuro, pero si la hubiera, acabaría con esa posibilidad, te he hecho mucho daño y tu sin saberlo, y me arrepiento, y no podría mirarte a la cara más. Perdoname por echarte de menos, por querer protegerte, y seguir queriendo saber de ti, dejaré que te equivoques, te tropieces, te resientas de dolor, y aprendas, madures, y vivas tu vida... yo

" Había llegado. Estaba totalmente perdida. ¿Tenía que esperarla?. No estaba nerviosa. Ya no. Sólo sabía que de ahí no se movería, se sentía tan sumamente segura de sí misma... nada iba a poder con ella, ni tan si quiera el hecho de que no estuviera ahi esperándola, como tanto había deseado, lo cierto es que fantaseaba mucho con esas películas americanas que no hacen más que mentirte una y otra vez... no lo iba a negar, tenía mucho miedo, estaba ansiosa, pero muy frustrada. Sus pies actuaron por ella, y la sacaron de aquella estación. Miraba a todos lados desesperada... su corazón latía con el ritmo de siempre... pero entonces, sintió un pinchazo que la paralizó. Ella. Detrás de esa puerta, reconoció su perfil, inmediatamente su memoria grababa cada uno de sus movimientos, la manera en que la colgaba el pelo por los hombros, su camiseta, pantalones, el bolso también... no podía fallar, tenía que hacerlo a la primera: de la manera más fría en que sabía actuar, se dirigió a esa sali