Gerde era un...

"Pongamos a prueba tu fuerza interior. Es una especie de examen final. Sabemos todos que caerás, de hecho, ya has mordido la manzana, y vas a probar el dulce sabor del dolor. Lo predecía dentro de mi. No vas a poder levantarte, no existen fuerzas sobrehumanas, sólo estas tú, pero te prometo que si vences, te admiraré para siempre. Vas a conocer el concepto de la autoanimación, autosuperación, auto- auto- auto-.... porque te has caído en ese hoyo, en el que sólo estas tú, y la alegría que ya no tienes al haberla invertido en esa ilusión. Sé mi heroína, alcanza la gloria, y que sea la última vez que clavas esa pala en tierra. Se acabó eso de cavar tu propia tumba."

"Sigue sonriendo, sigue demostrando al mundo cuánto queda por hacer, Sigue dando lecciones de dulzura y haz que se rinda a tus pies. Sigue colapsando corazones, reparte tu esencia por todo el horizonte Entona tus miles de pasiones, no tengas miedo y álzate al cielo… entonces, Rózalo con tus dedos, salpica al alma del poder Grita la belleza que guardas bajo llave, ven y hazme arder Sólo tú sabes cómo hacer que mi mundo sea mejor… P.equeña-D.éjame beber del exlisir de la vida……………."

"Me estremecen sus versos, su capacidad para escribir miles de sentimientos, la facilidad para plasmar su alma en una mísera hoja de papel, y deleitarte una y otra vez. El amor que me diste permanece bajo llave en mi interior, tiene una duración interminable, munición infinita, que podría destruir el amor de cualquiera. Inunda en silencio cada una de mis venas, se cuela por mis poros, llega al corazón y sale en el aire que respiro, se renueva constantemente, se purifica con cada uno de tus recuerdos, de tus sueños, de tus vicios y pasiones, me absorbe, me ahoga, a veces me anula, tentación que me abate. Pero un sentimiento permanece en mí: el odio no frena el escribir de mis puños, jamás lo hará, tú, mi única esperanza, les das fuerzas para contar las miles de mañanas que despertaremos ciegas ante los rayos del amanecer, abrazadas, enredadas, y sumidas en la pasión de noches siempre inacabadas, respirando complicidad, y el aroma que empapa nuestra piel, de nuestros cuerpos mutilad

"Estoy aterrada. Mi pasión es mi vicio, mi vicio mi perdición, y mi perdición me lleva a la locura, la locura al miedo, el miedo me atrae, me ahoga contigo... y yo, me agarro más fuerte a ti , pierdo todas las fuerzas que me quedan.. rasgas mi piel, mi sangre emerge y cae a borbotones, dibujando una sonrisa en mi cara por tu contacto... dame tal paliza que me devuelva a la realidad de una vez, ó tócame de nuevo, hazme gritar, hazme sufrir, hazme llorar, pégame y pisame... déjame ahí a tu lado, pero hazme el favor de seguir sacando tú la sonrisa por mi ... aunque tal vez... ni haga falta... probablemente tú ya estés sonriendo... "

Mírale. Sucumbe a su esplendor, a su entereza, a su inmensidad. Me arrodillé. Me hizo llorar, me hizo morir con una sonrisa en la cara. Ahora vagaré en la soledad, y cada noche, nadaré en sus sueños donde con toda mi intención cuidaré cada centímetro que divisa su piel, cada centímetro de materia que lo forma a ella y su alrededor. Permaneceré en su corazón, y la locura invadirá a las dos. Cegaremos a más de uno, estoy segura.

"Esa pelea suscitaba un llanto infinito. Pero, ¿Eran ellos quienes habían provocado su enfado, solo lo agravaban, o eran las víctimas de la represión sostenida durante tantas noches? Comenzó a desnudarse. Su piel se erizaba a medida que su cuerpo entraba en contacto con la temperatura del ambiente. Dejó caer la ropa a sus pies, puso el tapón a la bañera. Primero introdujo su pierna izquierda, se impulsó y metió la derecha. Con cuidado se sentó abrazando sus rodillas, sentía que no tenía ninguna fuerza. Un primer impulso en su interior te transformó en la primera lágrima de aquella noche. Quería desaparecer, estar sola, con “ella” y consigo misma. Dialogar, gritar, correr, compartir los silencios sin sentir que hay algo que decir. Hubo tantas sensaciones acumuladas sin ser habladas, problemas, daños, cambios, ¡Que se yo! Había hecho arder su interior con estos pensamientos, y las lágrimas brotaban de sus ojos como un manantial, quería desahogarse, y sus puños no frenaban sus deseos