Blackness

El gato negro se agazapaba en la oscuridad. Me miraba con recelo, expectante y fijamente, mientras  describía sigilosos movimientos poniéndose cómodo en su lecho. Ambos hemos notado ése punto de inflexión temporal. Y qué puedo hacer, no me mires así, los dos crecisteis en el mismo lugar, comiendo cada día de la misma mano envenenada, y a pesar de que sentís igual, tu aúra ya esta empapada de luz negra. No haré más por ti, Ying, los sueños han cambiado, igual que los miedos de mi pasado. Dejemos que tus ojos sigan brillando a la luz de otras mil lunas, despídete de Yang, que su compañera no puede dejarle tomar más veneno del que yo permití que bebieras.

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